El consumo excesivo de alcohol puede producir daños para la salud a largo plazo, relacionado sobre todo con enfermedades digestivas graves.
Además, también se asocia a la producción de accidentes de tráfico, problemas de corazón e incluso cáncer.
En personas menores de 16 años, la eliminación del alcohol se produce más lentamente y los efectos de su consumo pueden resultar más perjudiciales.
El consumo prolongado de alcohol aumenta la probabilidad de:
-
Sangrado del esófago (el conducto que conecta la garganta con el estómago) o del estómago.
-
Inflamación y daños en el páncreas. El páncreas produce substancias que el cuerpo necesita para funcionar bien.
-
Daño en el hígado. Cuando es grave, a menudo lleva a la muerte.
-
Desnutrición.
-
Cáncer de esófago, hígado, colon, cabeza y cuello, mamas y otras áreas.
Incluso el consumo responsable puede conducir a hipertensión arterial en algunas personas.
Si ya padeces hipertensión arterial, el consumo de alcohol puede hacer más difícil el control con medicamentos.
El consumo prolongado de alcohol puede llevar a hipertensión arterial, la cual después puede provocar que el corazón se debilita y resulte agrandado.
El alcohol puede afectar a la tuya capacidad de razonamiento y juicio crítico cada vez que bebes. El consumo prolongado del alcohol daña las neuronas del cerebro. Esto puede provocar un daño permanente a la tuya memoria, en la tuya capacidad de razonamiento ya la forma en que te compuertas.
El daño a los nervios a raíz del abuso del alcohol puede causar muchos problemas, algunos de los cuales son:
-
Entumerimet o sensación dolorosa de "hormigueo" en brazos o piernas.
-
Problemas con las erecciones en los varones.
-
Fugas de orina o dificultad para empezar a orinar.
Tomar alcohol durante el embarazo puede causarle daño al bebé en crecimiento. Pueden presentarse graves defectos de nacimiento o el síndrome de alcoholismo fetal.